Un hombre rico y
emprendedor se horrorizó cuando vio a un pescador tranquilamente recostado
junto a sus barca contemplando el mar y fumando apaciblemente su pipa después
de haber vendido el pescado.
-Por qué ? no has salido a pescar? le preguntó el hombre emprendedor.
-Porque ya he pescado bastante por hoy..¡ -respondió el apacible
pescador.
-Por qué? no pescas más de lo que necesitas?
-Insistió el industrial.
-Y qué iba a hacer con ello? -preguntó a su vez el pescador.
-Ganarías más dinero. Fue la respuesta. podrías poner un motor nuevo
que haría más potente a tu barca.
Y podrías ir a aguas más profundas y pescar más peces. Ganarías lo
suficiente para comprarte unas redes de nylon, con las que sacarías más peces
y más dinero. Pronto ganarías para tener dos barcas. Y hasta una verdadera
flota. Entonces serías rico y poderoso como yo.
-Y que haría entonces? -preguntó de nuevo el pescador.
-Podrías sentarte y disfrutar de la vida respondió el hombre
emprendedor.
-Y qué crees que estoy haciendo en este preciso momento? -respondió
sonriendo el apacible pescador.
¡eso es precisamente lo que hago!
Contentarse con la vida que Dios nos ha concedido es disfrutar la
mayor de las riquezas.
I Timoteo 6:6
Un hombre, en efecto, es un medio de gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento. |
sábado, 18 de octubre de 2014
Disfrutar de la vida
La Ley del Camión de Basura
Me
subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por
el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un carro que así de
repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado.
El
conductor del taxi en que iba alcanzó a frenar a todo lo que daba, el taxi se
derrapó y por un pelo de rana casi le pegamos al auto que quedó frente a
nosotros.
Después
de esto, el conductor del OTRO auto, el tipo que casi causó el accidente,
asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos una cantidad horrible
de insultos y majaderías.
Todavía
recuperándome del susto, lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud
del chofer de mi taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le
sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.
Yo
estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al
chofer de mi taxi que por qué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos
hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente hasta enviarnos al hospital.
Entonces,
el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo "La Ley del
Camión de Basura".
Mire,
me dijo: ¿Ve aquel camión de basura? Sí, le dije, ¿y eso qué tiene que ver?
-Pues,
así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la
vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción.
Tan
pronto como la basura se les va acumulando necesitan encontrar un lugar donde
vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían su basura, sus
frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere
vaciar su basura en mí, no me lo tomo personal; sino tan sólo sonrío, saludo,
le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le
agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.
A
partir de ese día comencé a pensar qué tan a menudo permito que estos Camiones
de Basura me atropellen; y me pregunto a mí mismo cuán a menudo recojo esa
basura y la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle.
Así
que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura
y así como el niño de la película "El Sexto Sentido" decía que veía a
los muertos, bueno ahora así yo veo a los Camiones de Basura. Veo la carga que
traen, los veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus
rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo
personal, tan sólo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.
Los
buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los
buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los
líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes
y en su mejor estado para la gente que realmente es importante para ellos.
En resumen, la gente
exitosa no permite que los Camiones de Basura absorban su día.
Prov.15:1
"La
blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor."
1
Tesalonicenses 5:16
Estad
siempre gozosos.
Salmos
16:11
Me
mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a
tu diestra para siempre.
Isaías
65:18
Más
os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque
he aquí que yo traigo alegría y gozo.
miércoles, 15 de octubre de 2014
"FLASH CARD
El
cognitivismo es una escuela psicológica que se basa en la idea de que el hombre
es el resultado de lo que piensa y de cómo piensa. Son las
"cogniciones" o las ideas que alguien tiene de sí mismo, el mundo y
los demás lo que influye en el sentir y el actuar. Así, por ejemplo, si uno
cree que no tiene ningún valor, probablemente se sentirá desdichado y temeroso.
Si por lo contrario, piensa que tiene recursos y fuerza interior, seguramente
enfrentará las dificultades en forma positiva. Así, pues, quien percibe las
cosas que le rodean como manejables o controlables, probablemente
experi¬mentará confianza, buen ánimo y tranquilidad.
La
terapia cognitiva tiene como objetivo desmantelar los pensamientos negativos y
las creencias falsas o inadecuadas y construir una mentalidad positiva y
optimista. En ese sentido, entre las técnicas que han desarrollado para esos
fines está la "flash card". Es un método simple y efectivo, que
cual¬quiera puede utilizar. ¿En qué consiste? Como su nombre lo dice es una tarjeta
con una consigna que busca producir un impacto de cambiar los pensamientos y
conductas disfuncionales. Por ejemplo, un señor muy perfeccionista y
meticuloso, con una fuerte tendencia a "darle mil vueltas" a los
problemas, comprendió que debía frenar esa tendencia exagerada a "darse
tanta manija", porque eso lo paralizaba y le hacía perder mucho tiempo.
Pero sucedía que cuando estaba envuelto en esos pensa¬mientos no se daba cuenta
de parar, así que le resultó útil tener una "flash card" que decía,
"¡Para! ¡Deja de pensar en eso! ¡Haced otra cosa!" Así que cuando
empezaba a darse manija con algo, sacaba la tarjeta del bolsillo, la leía y
cumplía la instrucción. Otra señora, con frecuentes crisis depresivas, que la
ponían muy pesimista, cuando era víctima de esos malos pensamientos, leía una
tarjeta que decía: "No seas pesimista. Piensa en positivo. ¡Mira el lado
lindo de la vida!"
Hay evidencias que muestran la efectividad de darse instrucciones a sí mismo para cambiar conductas inadecuadas o pensamiento perturbadores, sin embargo, no hay una consigna universal válida para todo el mundo. Según los psicólogos cognitivos, cada uno tiene que encon-trar sus propias recetas, esto es, aquellas declaraciones que ayuden a reflexionar y tomar las medidas para modificar los comportamientos indeseados.
Hay evidencias que muestran la efectividad de darse instrucciones a sí mismo para cambiar conductas inadecuadas o pensamiento perturbadores, sin embargo, no hay una consigna universal válida para todo el mundo. Según los psicólogos cognitivos, cada uno tiene que encon-trar sus propias recetas, esto es, aquellas declaraciones que ayuden a reflexionar y tomar las medidas para modificar los comportamientos indeseados.
Hay
una variante de la técnica "flash card", de uso popular entre grupos
de cristianos, que se llama las "100 promesas de la Biblia". Es una
pequeña caja con 100 tarjetas, cada una de las cuales tiene un texto bíblico
que encierra una promesa, una exhortación o un mensaje de ayuda y estímulo. Por
ejemplo, una de las tarjetas dice: "Pedid y se os dará; buscad y
hallaréis; llamad y se os abrirá"; en otra se lee: "todas las cosas
son posibles para Dios". Esos "tesoros bíblicos", en lugar de
autoinstrucciones son como prescripciones celestiales dictadas por el Psicólogo
divino. He escuchado el testimonio de varias personas que las usan, contando
experiencias notables de haber recibido inspiración, coraje y, en general,
recursos valiosos para combatir el desánimo, descubrir la mejor solución a un
problema o las fuerzas para enfrentar situaciones adversas. Es un procedimiento
valioso para recibir un mensaje específico para situaciones concretas y
definidas, además, de ser económico y práctico. A mi criterio es una manera
beneficiosa de realizar la aventura del autodescubrimiento y de cultivar la
salud mental y la salud espiritual para promover la alegría de vivir.
Dr.
Mario Pereyra
EL SÍNDROME DE PETER PAN
“Alguno
no llega jamás a ser hombre,
y
sigue siendo rana, ardilla u hormiga.
Otro
es hombre de medio cuerpo arriba, y el resto, pez.
Pero
cada uno es un impulso de Dios hacia el hombre”.
Herman
Hesse
En
una afamada obra teatral de J.M.Barrie el protagonista principal es el célebre
personaje Peter Pan (PP), el niño que no quería crecer y huye a la tierra del
“Nunca Jamás”, en busca de diversiones sin fin y eterna juventud. Incapaz de
enfrentar el dolor de la separación y el abandono, dice PP: “Si crecer duele
así, yo no quiero saber nada con eso”. Elude, entonces, enfrentarse a sí mismo
y al mundo externo refugiándose en el mítico país del “Nunca Jamás”, donde será
niño eterno. El Dr. Dan Kiley, escoge esa figura para describir el cuadro que
suele producirse en la adolescencia, consistente en resistir la vida adulta y
tratar de retener la infancia. Esa actitud puede hacerse crónica, persistiendo
en la adultez por medio de un patrón de comportamien¬tos caracterizado por la
inmadurez afectiva.
En
el mundo del desarrollo biogenético se conoce un fenómeno parecido a la
negación del crecimiento humana con el nombre de “neotenia”. Se manifiesta en
ciertos animales que conser-van las características larvarias durante todo su
ciclo vital o quedan detenidos en estadios precoces del desarrollo. Son ejemplos
de tales fenómenos los casos de evolución embrionaria retardada por factores
ambientales adversos o casos como el del ojolote, un anfibio urodelo que
realiza toda su vida en la fase de larva, sin experimentar metamorfosis alguna.
Según
el Dr. Kiley hay ciertas características que presentan las personas y aún las
familias de quienes tienden a quedar detenidos en el comportamiento infantil.
“Los padres pertenecen, generalmente, a una clase socioeconómica de nivel medio
y suelen no conformar una pareja consolidada. El hijo -Peter es varón- siente a
su padre como alguien inalcanzable pero compite con él. El vínculo defectuoso
paterno-filial puede llevar a quien padece este síndrome a caer en la droga. El
sujeto PP tendrá dificultades en el amor porque le es difícil entregarse y
comprometerse. El miedo a la libertad se relaciona con este síndrome, ya que
tomar las riendas de la propia vida implica el riesgo de equivocarse, sin la
posibilidad de tener a quien culpar por esta situación”.
Según
el Dr. Kiley, el hombre PP, puede describirse en las siguientes diez
características:
1)
No es confiable, cuando más se lo necesita, desaparece;
2)
Se olvida o dilata permanentemente las demandas o exigencias de la realidad;
3)
Iracundo, tiene accesos de cólera cuando se ven frustrados sus deseos y
fantasías;
4)
Indefenso, parece abrumado por los problemas e incapacitado para resolverlos,
frecuentemente recurre a la droga o al alcohol en busca de soluciones mágicas;
5)
Digno de compasión, su debilidad mueve a los demás a prestarle ayuda;
6)
Narcisista, sólo piensa en sí mismo, indiferente con los otros;
7)
Sentimientos de culpa, parece arrepentido y deseoso de reparar los daños;
8)
Dependiente emocional, reclama ayuda y se apoya en los otros;
9)
Manipulador, nunca se sabe con certeza si es sincero o lo hace para conseguir
sus fines egoístas;
10)
Reservado, oculta sus sentimientos profundos con una apariencia de
"muchachito juguetón".
Algunas
características del Síndrome PP, se observa en muchas adolescentes y mujeres adultas,
que se angustian intensamente cuando cumplen años y buscan mágicamente evitar
la fecha o negar la edad. También se aprecia en personas adultas, de ambos
sexos, especialmente cuando se acercan o atraviesan la frontera de los 40, que
tratan de parecer jóvenes, vistiendo y actuando como adolescentes, adoptando
gestos y comportamientos extemporáneos.
Un
caso de SPP que tratamos recientemente fue el de Ricardo (44 años, casado, 2
hijos), quién después de varias experiencias traumáticas sufridas en internaciones
penitenciarias y psiquiátricas, se distanció de su esposa, empezó a usar jeans,
tenis de marca y remeras juveniles, empezando a salir con los hijos
veinteañeros a bailes, fiestas, saunas y otros divertimentos del mismo estilo.
En la necesidad de sentirse jovial y potente consumió cocaína y abusó del
alcohol, además de conseguir una novia de 21 años, con la cual protagonizó un
apasionado romance en diferentes escenarios turísticos del país. Por supuesto,
los resultados fueron nefastos. Cuando la señora se enteró, cayó en una crisis
depresiva que la obligó a internarse. El matrimonio de 25 años de convivencia
se hizo añicos. Los hijos se enojaron con el padre por los dolores causados a
la madre y lo abandonaron en medio de críticas y actos violentos. Entonces,
Ricardo, culposo, angustiado, confundido, quedó atado a la droga y al alcohol,
experimentando una situación de ambivalencia desgastante, al oscilar entre la
esposa que buscaba recuperar y la amante que no deseaba abandonar. Así, Peter
Pan, vive desgarrado entre el pasado deseado al cual se aferra y el futuro
temido del cual huye.
El
coraje de ser
“El
desarrollo de todas nuestras facultades es el primer deber que tenemos
para
con Dios y nuestros prójimos.
Nadie
que no crezca diariamente en capacidad y utilidad,
Está
cumpliendo el propósito de la vida”.
Elena
de White (1960, 309)
Paul
Tillich escribió un libro inspirador que tituló: "Ser es llegar a
ser". Quiso significar que una persona no es únicamente el resultado de su
historia, de lo sido hasta ese momento, sino, en mayor medida, de lo que quiere
ser, de lo que aspira a lograr. Es posible que las experiencias de la vida o la
educación de la infancia hayan construido creencias o pensamientos negativos,
sin embargo, aún así el cambio es posible. Hay que aprender a ser todo lo que
uno puede ser. Para ello es importante meditar, desarrollar al máximo nuestras
aptitudes y recursos, descubrir el plan de Dios para mi vida. Es forzoso decir
que el camino de la felicidad pasa por el desarrollo personal, por asumir una
actitud realista, por aprender a dar y recibir en forma madura, amar a los
demás sin olvidarse de uno mismo y depender del poder de Dios no de los
hombres, porque se necesita ayuda divina para superar el Síndrome de Peter Pan.
En
el Monte de las Olivas, Cristo hablando de su regreso a la tierra, narró
aquella conocida pará-bola del patrón que teniendo que viajar lejos, entregó a
sus empleados una cantidad de bienes. A uno le dio cinco, a otros dos y al
último uno. Cuando regresó tiempo después, pidió cuenta de lo hecho con su
dinero, felicitando a los dos primeros administradores porque habían
multiplicado sus bienes, pero al tercero, que temeroso y cobarde había guardado
el dinero sin usarlo, lo condenó al sufrimiento eterno. La lección enseña a
cultivar las habilidades y “talentos”. Lo que no se usa se atrofia y por el contrario
aquello que se ejercita crece. Comentando Elena de White (1960, 342) el tema,
declara: “Dios nos tiene por responsables de todo lo que llegaríamos a ser por
medio del uso debido de nuestros talentos. Seremos juzgados de acuerdo con lo
que debiéramos haber hecho, pero no efectuamos por no haber usado nuestras
facultades para glorificar a Dios”. Agrega que la ociosidad “es la mayor
maldición que aflige a nuestro mundo”. Se refiere a la ociosidad de no asumir
la propia existencia, en forma consciente y responsable, para cultivar la
personalidad y desarrollar una vida productiva, fecunda y útil para Dios y
nuestros allegados.
Considerando
el carácter trascendente de este imperativo divino al crecimiento en todas las
esferas del ser, ¿por qué, pues, no ser más perceptivos a las voces del cambio?
¿Por qué permanecer aferrados al ayer como víctimas del uniformismo
conservador? ¿Por qué no aprovechar cada oportunidad para cultivarnos
mentalmente y espiritualmente? ¿Por que no pedirle a Dios que nos de ideales, coraje
y fe en el porvenir?
Por
Dr. Mario Pereyra
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