El
cognitivismo es una escuela psicológica que se basa en la idea de que el hombre
es el resultado de lo que piensa y de cómo piensa. Son las
"cogniciones" o las ideas que alguien tiene de sí mismo, el mundo y
los demás lo que influye en el sentir y el actuar. Así, por ejemplo, si uno
cree que no tiene ningún valor, probablemente se sentirá desdichado y temeroso.
Si por lo contrario, piensa que tiene recursos y fuerza interior, seguramente
enfrentará las dificultades en forma positiva. Así, pues, quien percibe las
cosas que le rodean como manejables o controlables, probablemente
experi¬mentará confianza, buen ánimo y tranquilidad.
La
terapia cognitiva tiene como objetivo desmantelar los pensamientos negativos y
las creencias falsas o inadecuadas y construir una mentalidad positiva y
optimista. En ese sentido, entre las técnicas que han desarrollado para esos
fines está la "flash card". Es un método simple y efectivo, que
cual¬quiera puede utilizar. ¿En qué consiste? Como su nombre lo dice es una tarjeta
con una consigna que busca producir un impacto de cambiar los pensamientos y
conductas disfuncionales. Por ejemplo, un señor muy perfeccionista y
meticuloso, con una fuerte tendencia a "darle mil vueltas" a los
problemas, comprendió que debía frenar esa tendencia exagerada a "darse
tanta manija", porque eso lo paralizaba y le hacía perder mucho tiempo.
Pero sucedía que cuando estaba envuelto en esos pensa¬mientos no se daba cuenta
de parar, así que le resultó útil tener una "flash card" que decía,
"¡Para! ¡Deja de pensar en eso! ¡Haced otra cosa!" Así que cuando
empezaba a darse manija con algo, sacaba la tarjeta del bolsillo, la leía y
cumplía la instrucción. Otra señora, con frecuentes crisis depresivas, que la
ponían muy pesimista, cuando era víctima de esos malos pensamientos, leía una
tarjeta que decía: "No seas pesimista. Piensa en positivo. ¡Mira el lado
lindo de la vida!"
Hay evidencias que muestran la efectividad de darse instrucciones a sí mismo para cambiar conductas inadecuadas o pensamiento perturbadores, sin embargo, no hay una consigna universal válida para todo el mundo. Según los psicólogos cognitivos, cada uno tiene que encon-trar sus propias recetas, esto es, aquellas declaraciones que ayuden a reflexionar y tomar las medidas para modificar los comportamientos indeseados.
Hay evidencias que muestran la efectividad de darse instrucciones a sí mismo para cambiar conductas inadecuadas o pensamiento perturbadores, sin embargo, no hay una consigna universal válida para todo el mundo. Según los psicólogos cognitivos, cada uno tiene que encon-trar sus propias recetas, esto es, aquellas declaraciones que ayuden a reflexionar y tomar las medidas para modificar los comportamientos indeseados.
Hay
una variante de la técnica "flash card", de uso popular entre grupos
de cristianos, que se llama las "100 promesas de la Biblia". Es una
pequeña caja con 100 tarjetas, cada una de las cuales tiene un texto bíblico
que encierra una promesa, una exhortación o un mensaje de ayuda y estímulo. Por
ejemplo, una de las tarjetas dice: "Pedid y se os dará; buscad y
hallaréis; llamad y se os abrirá"; en otra se lee: "todas las cosas
son posibles para Dios". Esos "tesoros bíblicos", en lugar de
autoinstrucciones son como prescripciones celestiales dictadas por el Psicólogo
divino. He escuchado el testimonio de varias personas que las usan, contando
experiencias notables de haber recibido inspiración, coraje y, en general,
recursos valiosos para combatir el desánimo, descubrir la mejor solución a un
problema o las fuerzas para enfrentar situaciones adversas. Es un procedimiento
valioso para recibir un mensaje específico para situaciones concretas y
definidas, además, de ser económico y práctico. A mi criterio es una manera
beneficiosa de realizar la aventura del autodescubrimiento y de cultivar la
salud mental y la salud espiritual para promover la alegría de vivir.
Dr.
Mario Pereyra
No hay comentarios:
Publicar un comentario