Me
subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por
el carril de la derecha, por poco nos estrellamos con un carro que así de
repente y de la nada salió como bólido de donde estaba estacionado.
El
conductor del taxi en que iba alcanzó a frenar a todo lo que daba, el taxi se
derrapó y por un pelo de rana casi le pegamos al auto que quedó frente a
nosotros.
Después
de esto, el conductor del OTRO auto, el tipo que casi causó el accidente,
asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos una cantidad horrible
de insultos y majaderías.
Todavía
recuperándome del susto, lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud
del chofer de mi taxi, quien en forma extremadamente amistosa y cortés le
sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.
Yo
estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al
chofer de mi taxi que por qué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos
hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente hasta enviarnos al hospital.
Entonces,
el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo "La Ley del
Camión de Basura".
Mire,
me dijo: ¿Ve aquel camión de basura? Sí, le dije, ¿y eso qué tiene que ver?
-Pues,
así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la
vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción.
Tan
pronto como la basura se les va acumulando necesitan encontrar un lugar donde
vaciarla, y si usted los deja seguramente le vaciarían su basura, sus
frustraciones, sus rabias y sus decepciones. Por eso cuando alguien quiere
vaciar su basura en mí, no me lo tomo personal; sino tan sólo sonrío, saludo,
le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le
agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.
A
partir de ese día comencé a pensar qué tan a menudo permito que estos Camiones
de Basura me atropellen; y me pregunto a mí mismo cuán a menudo recojo esa
basura y la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle.
Así
que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura
y así como el niño de la película "El Sexto Sentido" decía que veía a
los muertos, bueno ahora así yo veo a los Camiones de Basura. Veo la carga que
traen, los veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus
rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo
personal, tan sólo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.
Los
buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los
buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los
líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes
y en su mejor estado para la gente que realmente es importante para ellos.
En resumen, la gente
exitosa no permite que los Camiones de Basura absorban su día.
Prov.15:1
"La
blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor."
1
Tesalonicenses 5:16
Estad
siempre gozosos.
Salmos
16:11
Me
mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a
tu diestra para siempre.
Isaías
65:18
Más
os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque
he aquí que yo traigo alegría y gozo.
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