Pocos estados de ánimo son tan dañinos para la salud
emocional como la envidia. Como dice Salomón, la envidia es como carcoma, o
peor, cáncer, en los huesos. Va destruyendo poco a poco al ser humano, hasta
acabar con su vida. Además, le impide disfrutar las alegrías cotidianas. La
envidia, como dice Baltasar Gracián, m ata al que la padece, tantas veces como
la persona a la que envidia reciba elogios.
La envidia es una enfermedad tan m ala y contagiosa, que
quien la padece nunca lo admite. Incluso reconocerse como envidioso se
considera más vergonzoso que delatarse como el peor de los delincuentes. Por
eso lo mejor es negarla y simular que no pasa nada. ¡Y qué decir cuando se le
imputa a una persona respetable! ¡NI pensarlo! No se puede aceptar de ningún
modo.
¿Has sentido envidia hacia alguno de tus amigos? ¿Tienes
envidia de tu hermano mayor porque él tiene una novia hermosa? ¿Te molesta ver
a tu mejor amiga con el joven que tanto te gusta? Por si no bastara con
nuestros malos deseos, la envidia tiene embajadores por todas partes y no falta
quien te siembre actitudes envidiosas hacia los demás o invente algún ardid
para desarrollar dicha insatisfacción en tu corazón. ¿Qué hacer cuando te das
cuenta de que la envidia ha empezado a ganar espacios en tu conciencia?
En realidad, no existe defensa humana contra esta
enfermedad. ¿Qué te parece? Es mucho más grave de lo que te imaginas. Solo el
poder del Espíritu Santo puede salvamos de este veneno, de este cáncer de los
huesos llamado envidia. Por eso es necesario prevenir su aparición y vacunarnos
a través de la oración todos los días. Y si ya hay indicios de su presencia en
tu corazón, no hay tiempo que perder. Suplica al cielo que la erradique. De
otra manera, la amargura, la Insatisfacción y la enemistad serán los
principales rasgos de tu carácter.
La buena noticia es que para Dios no hay imposibles. Él
puede transformar tu corazón y convertirte en una persona que aprenda a
disfrutar el éxito de los demás, las alegrías ajenas y los logros de tus
semejantes. Lo anterior es evidencia de madurez emocional y solidez espiritual.
Entonces, te estarás preparando para vivir en el reino de los cielos, un sitio
donde todos sus habitantes celebran, gozan y colaboran en la felicidad de su
prójimo.
El
corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la envidia corroe los huesos
(Proverbios 14:30).
MEDITACIONES
MATINALES JÓVENES 2013
¿SABÍAS
QUE…?
Por:
Félix H. Cortez
Fuente: www.DevocionMatutina.com
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