Hoy nos hemos topado
con una fábula oriental muy antigua, escrita por Hsien-Sheng Liang, sobre el
poder de la palabra. Esta fábula nos ha recordado mucho el principio de
Mentalismo del que tanto habla Conny Méndez en sus libros, en el que explica
que todo lo que está en nuestras mentes y en nuestro interior, se refleja y se
materializa en el exterior.
"La fábula de la
rana sorda" o "El poder de la palabra"
Un grupo de ranas
viajaba por el bosque y, de repente, dos de ellas cayeron en un hoyo profundo.
Todas las demás ranas se reunieron alrededor del hoyo.
Cuando vieron cuan
hondo era el hoyo, le dijeron a las dos ranas en el fondo que para efectos
prácticos, se debían dar por muertas.
Las dos ranas no
hicieron caso a los comentarios de sus amigas y siguieron tratando de saltar
fuera del hoyo con todas sus fuerzas. Las otras seguían insistiendo que sus
esfuerzos serían inútiles.
Finalmente, una de
las ranas puso atención a lo que las demás decían y se rindió. Ella se desplomó
y murió. La otra rana continuó saltando tan fuerte como le era posible.
Una vez más, la
multitud de ranas le gritaba y le hacían señas para que dejara de sufrir y que
simplemente se dispusiera a morir, ya que no tenía caso seguir luchando. Pero
la rana saltó cada vez con más fuerzas hasta que finalmente logró salir del
hoyo.
Cuando salió, las
otras ranas le dijeron: "nos da gusto que hayas logrado salir, a pesar de
lo que te gritábamos".
La rana les explicó
que era sorda, y que pensó que las demás la estaban animando a esforzarse más y
salir del hoyo.
LECCIONES
La fábula original de
Hsien-Sheng Liang nos presenta dos lecciones importantes:
1. La palabra tiene
poder de vida y muerte.
2. Una palabra
destructiva, dicha a alguien que se encuentre desanimado puede ser lo que lo
acabe por destruir. Tengamos cuidado con lo que decimos.
Pero nos hemos
encontrado con otra no tan explícita:
3. Una persona
especial es la que se da tiempo para animar a otros.
Una referencia
relacionada
En los Estados Unidos
de Norteamérica, en la NASA , hay un poster muy lindo de una abeja, el cual
dice así: "Aerodinámicamente, el cuerpo de una abeja no está hecho para
volar; lo bueno es que la abeja no lo sabe".
¿Qué te parece si
hacemos oídos sordos a las cosas negativas y comenzamos a animarnos y a hacer
algo todos para que este tiempo que nos toca vivir, sea mucho mejor para todos?
Si te parece bien,
súmate a la causa y comparte ésta fábula con las personas que estimas.
(Ilustración por
Carolina Saint-Lawrence Castro)